El día comenzó perezoso, el sol parecía no querer ser testigo, este año, de una de las grandes tradiciones de Navajas: La Romería de la Esperanza. Pero los habitantes de esta bella población del Alto Palancia, animados y estimulados por la creencia en sus costumbres se dieron cita a las diez de la mañana en la plaza de la Iglesia. Allí, como ya es tradición desde hace diez años, el Ayuntamiento repartió la caña y la cinta a los alrededor de 500 romeros, que tras el volteo de campanas emprendieron el camino hacia la ermita de la Esperanza.
La comitiva formada por centenares de peregrinos estuvo presidida por la Virgen de la Esperanza, el sacerdote, y los representantes municipales quienes como ya es habitual, han entrado al manantial de la Esperanza para acercarse al prodigioso recinto donde se contempla de cerca el constante fluir del agua.
Tras la llegada de los romeros a la ermita, se ha celebrado una misa solemne, también en honor de San Vicente, santo del día, que concluye con la bendición del manantial desde lo alto de la montaña, y donde se dan las gracias por la riqueza que esto supone.
El monte de la esperanza se ha convertido en un momento en un constante ir y venir de gente, hasta que todos los romeros, y muchos que se han incorporado después, animados por el magnífico día que se había quedado, se han reunido en grupos repartidos por la hermosa pinada para comer y degustar las viandas típicas de estas fechas, tortillas de espárragos, de habas o de ajos, cebollicas tiernas, carne empanada con tomate, longaniza de pascua y empanadillas, para acabar con los tradicionales dulces, rollicos de anís, mantecaos o coquitos.
A las tres de la tarde, y de nuevo en romería, la Virgen ha iniciado su regreso al pueblo, para descansar en la Iglesia. Y todo el mundo se ha dado cita en la Plaza del Olmo, en la que la comisión había preparado las colchonetas y el toro mecánico, y donde los niños y muchos mayores han podido disfrutar y exhibir sus habilidades.
Vicente Plantado - La Voz de Navajas
La comitiva formada por centenares de peregrinos estuvo presidida por la Virgen de la Esperanza, el sacerdote, y los representantes municipales quienes como ya es habitual, han entrado al manantial de la Esperanza para acercarse al prodigioso recinto donde se contempla de cerca el constante fluir del agua.
Tras la llegada de los romeros a la ermita, se ha celebrado una misa solemne, también en honor de San Vicente, santo del día, que concluye con la bendición del manantial desde lo alto de la montaña, y donde se dan las gracias por la riqueza que esto supone.
El monte de la esperanza se ha convertido en un momento en un constante ir y venir de gente, hasta que todos los romeros, y muchos que se han incorporado después, animados por el magnífico día que se había quedado, se han reunido en grupos repartidos por la hermosa pinada para comer y degustar las viandas típicas de estas fechas, tortillas de espárragos, de habas o de ajos, cebollicas tiernas, carne empanada con tomate, longaniza de pascua y empanadillas, para acabar con los tradicionales dulces, rollicos de anís, mantecaos o coquitos.
A las tres de la tarde, y de nuevo en romería, la Virgen ha iniciado su regreso al pueblo, para descansar en la Iglesia. Y todo el mundo se ha dado cita en la Plaza del Olmo, en la que la comisión había preparado las colchonetas y el toro mecánico, y donde los niños y muchos mayores han podido disfrutar y exhibir sus habilidades.
Vicente Plantado - La Voz de Navajas
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